La presión arterial alta no es un riesgo que ocurre solo durante el embarazo
Por Joyce Tsai, American Heart Association News
Después de enfrentar un embarazo con episodios intensos de náuseas y vómitos, Christina Roberto recuerda el enorme alivio que sintió hace dos años cuando finalmente trajo a la casa del hospital a su niña recién nacida, Charlotte, sana y segura.
"Fue un embarazo muy estresante", comentó ella. "Así que fue un gran alivio cuando llegué a casa con Charlotte con la idea de que las dos estábamos seguras y estábamos bien".
Esa sensación no duró mucho tiempo. Al cabo de una semana de cuidar de su recién nacida, Roberto desarrolló un dolor de cabeza y dolores estomacales inusuales. Decidió tomarse la presión arterial con un kit de medición en la casa y se sorprendió al descubrir que su presión estaba alarmantemente alta en 180/110 mmHg.
Llamó entonces a una amistad, quien era doctor en medicina de emergencia, y le aconsejó que fuera a la sala de emergencia. Allí, Roberto se enteró que tenía preeclampsia posparto, una afección que causa presión arterial alta y que puede hacer que los órganos no funcionen debidamente. El diagnóstico fue un shock porque ella nunca había tenido presión arterial alta, ni siquiera durante el embarazo.
Roberto es una de miles de mujeres que cada año desarrollan presión arterial alta después del parto, aunque no tengan antecedentes de esta afección, también conocida como hipertensión.
De hecho, entre estas nuevas madres, casi 1 de cada 8 de ellas puede desarrollar hipertensión en el año después del parto, y aproximadamente una quinta parte de ellas la desarrolla más de seis semanas después de dar a luz, de acuerdo con un estudio publicado el año pasado en la revista médica Hypertension de la American Heart Association. Las mujeres con mayor riesgo son aquellas que tienen 35 años o más, tuvieron un parto por cesárea o que fuman actualmente o lo hicieron en el pasado. Sin embargo, los expertos dicen que cualquier persona puede verse afectada por la hipertensión, incluso aquellas sin factores de riesgo evidentes.
La hipertensión posparto puede ser grave y potencialmente mortal si no se trata. Los casos más graves se han asociado con ataques o derrames cerebrales, insuficiencia cardíaca, convulsiones e insuficiencia renal.
La hipertensión y la preeclampsia son más comunes en las primeras dos semanas después de dar a luz, dijo la Dra. Elizabeth Langen, profesora asociada de obstetricia y ginecología y codirectora del programa de cardioobstetricia de la Universidad de Michigan en Ann Arbor.
Por eso es importante, agregó ella, que todas las nuevas madres estén conscientes de las señales y los síntomas de presión arterial alta y preeclampsia durante las semanas y los meses después del parto. Estos incluyen una medición de presión arterial sistólica (el número de arriba) de 140 mmHg o más o una lectura diastólica (el número de abajo) de 90 mmHg o más; visión borrosa o ver manchas; dolor de cabeza persistente y falta de aire al respirar. El monitor de presión arterial de venta sin receta permite que las mujeres se tomen la presión arterial en la casa, como hizo Roberto.
Si las madres primerizas experimentan tales síntomas, deben ser evaluadas por un profesional de atención médica que esté consciente de que estuvieron embarazadas recientemente, en especial si acuden a la clínica de cuidado urgente o a una sala de emergencia. De lo contrario, corren el riesgo de presentar complicaciones más graves e incluso de morir, explicó Langen.
El American College of Obstetricans and Gynecologists, o el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos, aconseja a las nuevas madres que realicen una chequeo médico dentro de las primeras tres semanas después del parto, con visitas adicionales programadas según sea necesario. La primera revisión puede ser antes –dentro de los primeros tres a 10 días tras el parto– en las mujeres que tuvieron presión arterial alta durante el embarazo.
Para las madres que se enteran de que tienen hipertensión o preeclampsia posparto, "puede ser algo muy estresante y casi traumático ya que pensaban que no corrían riesgo y no sabían que algo así podría pasarles después del parto", dijo la Dra. Jennifer Lewey, cardióloga en el hospital de la Universidad de Pensilvania y directora del Penn Women's Cardiovascular Health Program, o Programa Penn de Salud Cardiovascular en las Mujeres.
Para Roberto, este diagnóstico dio lugar a otra afección: ansiedad posparto.
"Uno se siente muy triste, porque es un momento frágil en el que las hormonas están muy activas", comentó ella, "y uno piensa, '¿Moriré de un derrame cerebral? Necesito vivir. Necesito estar aquí para mi hija'".
Cada vez más programas en el país están monitoreando de forma remota la presión arterial de las nuevas madres dos veces al día, como en el University of Pennsylvania Health System, o Sistema de Salud de la Universidad de Pensilvania, donde Roberto se inscribió después de su diagnóstico. Pero los expertos dicen que hay que hacer más para establecer estos programas en todo el país, así como educar a todos los médicos sobre cómo detectar y tratar estas enfermedades.
Roberto, una profesora asociada de ética médica y políticas de la salud en la Facultad de Medicina de la Universidad de Pensilvania, dijo que le preocupa que la sorpresa de un diagnóstico como este tome desprevenidas a muchas otras mujeres, como le pasó a ella, si no se hace más para educar y crear conciencia sobre el problema.
"Fue algo que nadie me dijo ni que me advirtieron", comentó ella. "Tuve suerte de recibir la ayuda que recibí, porque me imagino que no es algo en que piensa la mamá común que acaba de dar a luz. Pero si pensara en esto, le podría salvar la vida".